A todos nos gustan los dulces, pero si abusamos de ellos y descuidamos nuestra higiene dental, nos podemos encontrar con sorpresas indeseables: las caries. Una mala higiene, una mala prevención y, sobre todo, un abuso del azúcar nos puede llevar a necesitar una visita al dentista más desagradable de lo que cabría esperar.
¿Qué es una caries?
Es una destrucción del tejido del diente provocada por la acción de la placa bacteriana. Se asocia su aparición a una falta de higiene, una mala utilización del cepillo de dientes y, en menor medida, con enfermedades genéticas.
¿Cómo se forman las caries?
Si no tenemos un buen control de la placa bacteriana, con nuestra higiene diaria o mediante las limpiezas bucales, se acaba acumulando en los dientes, dando lugar a la producción de un ácido. Este ácido surge cuando la bacteria entra en contacto con los azúcares de la dieta y ataca el esmalte, provocando la entrada de bacterias al interior del diente, destruyendo la pulpa dentaria y dando lugar a las caries.
¿Qué alimentos provocan la caries?
Los alimentos ricos en azúcares son los que más riesgo tienen de producir caries. Entre ellos encontramos los dulces, bebidas carbonatadas, alcohol…
Otro factor a tener en cuenta es la consistencia de esos alimentos, ya que los más pegajosos permanecen más tiempo en boca, provocando más caries. Nos referimos por ejemplo a chicles, caramelos blandos y otros productos que se van disolviendo en la boca.
¿Cómo puedo prevenir las caries?
Lavarse los dientes durante los 20 minutos posteriores al consumo de dulces.
Usar hilo dental o algún colutorio para asegurar al máximo la limpieza.
Consumir con moderación, tanto en cantidad como en frecuencia.
Sin miedo al dentista, ya que las caries pueden empezar a diagnosticarse en cualquier momento.
El consumo esporádico de dulces no tiene por qué ser alarmante, pero sí es cierto que su ingesta continuada puede generar problemas a nivel bucodental.