La erupción de los primeros dientes comienza normalmente alrededor de los 6 meses con los incisivos superiores. Al cabo de 3 años, deberían de haber erupcionado los 20 dientes temporales

Cuando aparezcan los primeros dientes de leche. El objetivo no es solo tratar enfermedades, sino prevenirlas con buenos hábitos de higiene y conocer los distintos factores de riesgo. Además, es importante establecer confianza con el paciente infantil desde temprana edad.

La mayoría de gente piensa que no es necesario, sin embargo, es muy importante. Los dientes temporales van a mantener el espacio necesario para la dentición adulta. Si se pierden, no habrá espacio para los definitivos. Por lo que, cuidar la dentición de leche es garantizar un buen estado de salud en la edad adulta. 

Desde el momento en el que asoma el primer diente. Además, es recomendable utilizar una gasa o paño húmedo para masajear y limpiar la encía antes de que haya erupcionado ningún diente. La salud bucodental del niño es responsabilidad de los padres durante los primeros años de vida.

En los niños se recomienda una pasta dentífrica de 1000 partes por millon (1000ppm) de Flúor. Según van creciendo y llegando a la edad adulta, se llega a la cantidad de 1450ppm de Flúor. Es importante supervisar el cepillado para que no se traguen la pasta de dientes, pudiendo asi produir Fluorosis. Finalmente, la cantidad tambíen es importante. De 0 a 2 años es suficiente con raspar el cepillo con la pasta. De 2 a 3 años, basta con aplicar una cantidad parecida a un grano de arroz. Apartir de los 3 años ya se aplica una cantidad parecida al tamaño de un guisante.  

Chuparse el dedo es un hábito natural que aparece desde antes del nacimiento. El problema ocurre cuando el hábito persiste más alla de los 3 años. Se debe de frenar antes, ya que puede generar problemas en la mordida y en el desarrollo de dientes y del hueso.

Es esencial mantener la calma y actuar con rapidez. Idealmente acudir al dentista antes de que transcurra una hora. Lo primero es recuperar el trozo del diente fracturado. Si es un trocito, limpialo con agua y guardalo en una servilleta o pañuelo. Si es el diente entero, limpialo con agua y evita tocar la parte de la raíz para no compremeter las fibras. Adicionalmente, sumerge el diente en un vaso de leche fría para conservarlo. Por otro lado, enjuaga la boca del niño si tiene residuos del golpe y coloca una gasa fría en la zona del golpe para reducer la inflamación. Dependiendo del estado de la pieza, se podrá reutilizar el trozo o el diente pérdido.