Las carillas estéticas dentales se emplean en tratamientos de precisión de estética dental, como solución para reconstruir una sonrisa dañada por alguna alteración en el color de los dientes, posición o forma, permitiendo al paciente volver a lucir una sonrisa perfecta.
Se trata de un tratamiento poco invasivo ya que, al tratarse de láminas que se adhieren al esmalte dental, no es necesario modificar excesivamente el diente original del paciente. Puede comer y hablar con normalidad, por lo que el proceso de adaptación tras el tratamiento es mínimo.
Hay 2 tipos de carillas estéticas:
– Carillas de composite
Es una de las técnicas más conservadoras en estética dental ya que no es necesario reducir el volumen de los dientes para su realización. Para la confección se usan composites altamente estéticos con los que se consiguen propiedades de fluorescencia, opacidad, tono y luminosidad similar a la que poseen los dientes naturales. Además, se utilizan tintes estéticos y un pulido especial que aporta brillo a la carilla consiguiendo optimizar los resultados estéticos.
Si no se llevan a cabo hábitos de higiene correctos, las carillas pueden perder con el tiempo su brillo y sufrir pigmentaciones. Sin embargo, cabe la posibilidad de alargar al máximo la efectividad de las carillas de composite mediante revisiones periódicas y una limpieza de mantenimiento al año o cada seis meses.
– Carillas de porcelana
Son finas láminas de porcelana que cubren toda la cara frontal del diente, adhiriéndose a ella mediante un determinado tipo de cemento de resina no visible externamente. Como las carillas de composite, también es un tratamiento muy conservador, ya que se talla mínimamente el diente y en algunos casos no es necesario hacerlo.
Cabe destacar que las carillas de porcelana no retienen placa bacteriana como lo hacen los dientes naturales, lo que ayuda a mantener una salud dental óptima. Ello, siempre y cuando el paciente siga nuestros consejos e indicaciones en cuanto a su higiene dental.
Tienen mayor vida media que las carillas de composite ya que no sufren pérdida de brillo, ni pigmentaciones. Sin embargo, su coste es mayor, pues su realización requiere, además de la intervención del odontólogo, la del personal de laboratorio.
¿Qué es más recomendable? Cada caso precisa un estudio previo y nuestro asesoramiento. Solicita tu cita y… ¡sal de dudas!