Como se suele decir, no hay nada peor que un dolor de muelas… En ocasiones, es complicado localizar la zona exacta de la molestia o calificar el dolor y la odontología, al igual que el resto de ciencias de la salud, no es exacta. Sin embargo, el avance de la tecnología y nuestra experiencia en el sector nos ayuda a ser profesionales. Por ello, antes de enfrentarnos a él debemos saber a qué nos referimos.
Podríamos definirlo como impulso doloroso, punzante e intenso que se produce ante estímulos de frío-calor, dulces o mecánicos, como la misma masticación. Se origina a través de las fibras nerviosas pulpares o dentinarias. En ocasiones un dolor que nos parece estar originado en una única pieza o en sus cercanías, tiene su origen en otra localización no dental o incluso distante. Por esta razón, es importante no demorar la visita a un especialista que sea capaz de llegar al origen de la molestia y tratarla a la máxima brevedad posible.
Las causas más frecuentes de dolor dental son:
- Caries: Dolencia producida por bacterias que residen en la boca, que alimentadas por los azúcares contenidos en la alimentación, producen enzimas que destruyen los dientes. Esto crea así cavidades que si evolucionan sin tratamiento pueden progresar a la pulpa (comúnmente conocido como nervio del diente) provocando inflamación o infección de la misma.
- Absceso: Si una caries evoluciona a nivel pulpar invadiendo, inflamando e infectando el tejido, se produce una acumulación de pus. Que da lugar a intenso dolor en forma de punzadas (latidos) y que nos hace sentir que el diente afectado ha “crecido”.
- Raíces dentales expuestas: Cuando el nivel de la encía que protege y soporta al diente desciende, parte de la raíz del diente queda expuesta. Esta zona, más débil ya que no está cubierta por el esmalte, puede mostrarse más sensible ante estímulos de frío-calor.
- Fisura/Fractura: Se trata de la rotura del diente en el que los segmentos no se han desplazado, pudiendo no ser visible, pero permitiendo el paso de gérmenes de la cavidad bucal al canal pulpar o los tejidos circundantes.
- Problemas periodontales: Los tejidos que rodean, protegen y soportan al diente se denominan “tejidos periodontales». Si estos se ven atacados por estímulos nocivos constantes como el bruxismo o bacterianos, pueden llegar a producir un dolor difuso difícil de identificar.
- Si no se recibe un tratamiento adecuado, la infección progresa a zonas unidas a la cavidad bucal como son la cara o el cuello, provocando serios problemas que pueden poner en peligro la salud general del paciente y llevando, en ocasiones, a ser atenciones hospitalarias.
Para evitar todos estos problemas, te recomendamos acudir a nuestra clínica para poder identificar la causa y evitar una progresión de la enfermedad y las complicaciones subsiguientes.